Por norma general el champiñón es un comestible valoradísimo en las cocinas de gran parte del planeta, tal vez por su facilidad para combinarlo con varios ingredientes hasta conformar un excelente plato o una guarnición muy rica y, seguramente, por su sabor. Pero es que además, el champiñón forma parte de los comestibles que más aconsejan los dietistas.
Si comes championes salteados a la mantequilla estos son las ventajas
Previenen el cáncer: las setas contienen selenio y vitamina liposoluble D, lo que las convierte en una fuente de antioxidantes, por lo que ayudan a reparar el ADN y eludir que sufra mutaciones, reduciendo asimismo las posibilidades de que las células malignas acaben convirtiéndose en cáncer y/o tumores que afecten a la salud.
Examinaron su ingesta de alimentos durante 6 años y comprobaron que comer champiñones por lo menos dos veces por semana reducía las posibilidades de padecer un deterioro cognitivo leve, equiparado con las personas que sólo comían esa seta una vez por semana.
Basicamente los orígenes del cultivo de champiñones se originan en realidad a mil seiscientos cincuenta, cuando los cultivadores de melones de la zona de la ciudad de París se dieron cuenta un pequeño champiñon que crecía para utilizarlo en las camas de melones calientes. Tras múltiples intentos ineficaces de cultivarla al aire libre, los primeros lugares de cultivo que eran especialistas se establecieron en las frías y húmedas de las catacumbas de París, que ofrecían excelentes condiciones para su cultivo. La rápida difusión de este nuevo champiñon hizo que en pocos años ya apareciese como un extravagante aperitivo en los mejores restaurantes de la capital francesa. De este modo nació la llamado “champiñon de paris”, que pasó a ser y sigue siendo los champiñones más consumida del planeta.